Bueno, ayer fui al cine a ver Harry Potter y el Misterio del Príncipe (más me gusta el nombre original “HP y el Príncipe Mestizo”), como es costumbre cada vez que sale una de estas películas (en realidad, a partir de la cuarta) para disfrutar de estas producciones que siempre me dejan raro: las películas me gustan bastante, pero a la misma vez, me decepcionan en varios sentidos.
Atención: no pienso cuidarme de mis propias palabras: si no leíste el libro o no has visto la película, no leas este informe, aunque debo aclarar también que no revelaré nada del séptimo y último libro.
Lo primero que tengo que decir es que realmente siento pena por aquellas personas que van a ver la película sin haber disfrutado de los libros. ¿Por qué? porque en las películas se dan muchísimos detalles fieles al libro (otros tantos infieles) que realmente son geniales y los no lectores no pueden disfrutar como realmente se debe. Es más, me atrevería a pensar que Warner Brothers hace las películas pensando exclusivamente en los lectores: dan demasiada información en pocos segundos, le ponen énfasis a lo que los lectores realmente queremos ver, sin hablar del recorte y eliminación de muchas escenas importantísimas para la trama. Yo leí los libros, y voy al cine a ver qué tan bien lo adaptaron desde el punto de vista visual, porque hacen un trabajo genial; a la trama misma no le hago caso, ya que sería llevarme un gran chasco.
Ahora bien, HP y el Misterio del Príncipe le es fiel al libro en un sentido: es un puente entre la Órden del Fénix y las Reliquias de
Después nos vamos a
Entremedio, vemos imágenes muy buenas de los Mortífagos atacando toda Inglaterra y de un sujeto constantemente sonriendo secuestra a otro… Bien… yo leí el libro, se que están secuestrando a Ollivander (aunque después lo dicen) pero realmente dudo que las personas que no leyeron los libros recuerden tan bien a aquel viejito que aparece en la primera película que le vende su varita a Harry… Esa escena es genial, me gustó mucho, y más que nada por el actor que interpreta a Greyback, que realmente la rompe y después le dedicaré un párrafo entero XD.
Toda la película es un bombardeo constante de información suelta, la cual los productores ya dan por sentado de que los espectadores saben. Solamente si prestamos atención nos enteramos que el padre de Malfoy está preso, y que el peludo que se pasa riendo es Fenrir Greyback, nada más.
En cuanto a la trama real del libro, el libro trata más que nada de la historia de Voldemort, desde antes de que naciera hasta la toma del poder. El libro es genial cómo muestra todo el surgimiento del personaje más elaborado de la saga, desde la pésima vida de su madre y su tío deforme, hasta que vuelve a Hogwarts a pedir un puesto como profesor, casi transformado en Voldemort. Después de esto, la novela le da importancia a todo lo que gira en torno al libro del Príncipe Mestizo, todo el libro preguntándonos quién será, quemándonos la cabeza tirando posibles candidatos (la madre de Harry, el mismo Voldemort, etc.) y por último, el tema de los romances entre los personajes.
Acá se dio vuelta la tortilla: Los romances son lo más importantes. Están en plena guerra, los Mortífagos intentan entrar al colegio, y a los personajes sólo están con las hormonas trabajando a mil, excitados todo el tiempo… Nunca se nota el miedo, la sensación de inseguridad ni nada… Algo gracioso que me pasó viendo la película es la escena en la que Lupin y Tonks (que está casi irreconocible y la persona que estaba al lado mío preguntaba quién era esa mujer) se van de la casa de los Weasleys (antes del falso ataque de los Mortífagos… que yo recuerde,
La película avanza sin otras cosas llamativas dignas de mencionar, los partidos de Quidditch los hicieron mejor que nunca, el entierro de Aragog, simplemente genial (espero que los no lectores hayan recordado a la araña gigante de la segunda película) y el tema de los recuerdos, muy buenos. Al final es cuando se pone interesante: La parte más graciosa de la película, cuando Harry toma el Felix Felicis e intenta arrebatarle el recuerdo a Slughorn, y el rápido enganche con el final. Lo que realmente me llamó la atención es la escena de la charla entre Snape y Dumbledore, que corresponde al último libro, y por fin, el viaje a la isla donde está guardado el Horrocrux (otra cosa explicada a la ligera sin darle la importancia que se merecían). Y nunca nos damos cuenta de que faltan solo cinco (o cuatro) Horrocruxes (los que se buscarán en el siguiente libro).
La escena que viene es genial, y nos terminamos encariñando con el director de la escuela… nos da pena realmente cuando tiene que tomar de esa poción rara que le debilita… la aparición de los Ínferi (los muertos vivientes que salen del lago) realmente asusta y está bien lograda y el retorno al colegio que ya está sitiado por los Mortífagos.
La escena de la muerte de Dumbledore genera pena, pero no esa angustia de cuando leemos el libro (lo mismo me pasó con la película anterior y la muerte de Sirius Black), ni esa sensación de traición por parte de Snape. Lo peor es cuando Snape dice que él es el príncipe mestizo… nos lo dice como quien no quiere la cosa, y probablemente muchos se hayan olvidado de que la trama de la película giraba en torno al misterioso príncipe. Pero sí, más allá de estos detalles, la película está excelentemente lograda. Ahora quisiera comentar algunos detalles de los personajes:
El trío principal, nada interesante… Harry mejoró bastante su actuación, Ron se convirtió en un payaso boludo y Hermione en una alzada llorona…
Excepto Malfoy, las actuaciones de los actores jóvenes cumplen bien. Malfoy es genial, realmente, el actor se pasó (no soy tan fanático de la saga como para saber los nombres de los actores) e interpretó el papel tal cual como debía ser. Toda la película serio, solo, asustado, pensando, horrorizado… genial.
El director del colegio, también muy bueno, y más que nada en la escena de la cueva, cuando lo vemos débil y llorando, y más aún cuando está a punto de morir.
Y los últimos dos que quiero nombrar especialmente, la mujer que hace de Bellatrix Lestrange (la que mata a Sirius Black, que es excelente actriz, también vista en El Gran Pez y otras tantas películas), hace excelentemente bien el papel de loca desenfrenada. En el libro es más loca aún, pero realmente, la actriz la hizo muy bien.
El otro es un personaje nuevo, más que secundario, casi un extra, pero que desde su posición se esmeró bastante. Fenrir Greyback es el hombre lobo que contagia a Lupin (detalle interesante que se da sólo en el libro, como es obvio) y si no te fijas en un cartel que hay en un muro del Callejón Diagon, ni cuenta te das de quién es. El actor es simplemente excelente interpretándolo, un hombre al que no le importa nada y sólo quiere hacer daño, con esa sonrisa constante y odiosa. Dos personajes dignos de ver y admirar sus actuaciones: la mejor parte es enseguida de la muerte del director homosexual (es en serio, el personaje de Dumbledore es gay, la misma autora lo dijo), y todos se van caminando tranquila y siniestramente, mientras Bellatrix (la tía de Malfoy) no hace más que romper todo XD.
Y al final el misterio de quién es R.A.B. (que muchos sabían desde que lo leyeron), dejando la puerta abierta de par en par para lo que ocurrirá en la siguiente película.
Y creo que acá concluyo mi crítica a esta gran película. Una película más dedicada a los romances que a los Horrocruxes, la vida de Voldemort y el Príncipe Mestizo.
Una vez más lo digo: es una película para lectores. Aquellos que no hayan leído los libros tienen a partir de ahora un par de años para leer los siete y disfrutar de las últimas dos películas (ambas basadas en el último libro) como realmente se debe. Nos vemos cuando traiga otra cosa interesante y digna de compartir.