A la hora de crear una sección nueva para el blog, intento de antemano tener unos cuantos títulos bajo la manga para poder explotarla y darle un buen uso. Con los “tesoros perdidos del Japón” se me ocurrió hablar de un título raro y único, que muchos no conocemos, pero ese era justamente el problema: nunca lo jugué más allá de probarlo por curiosidad.
Así que le pedí a mi amigo Ninten, el típico amigo que todo lo sabe, que me mandara, en un archivo escrito, un análisis, un review y una explicación sobre ese título así podía presentarlo en el blog como un verdadero tesoro perdido japonés. Y aquí está, hecho en conjunto con Ninten, quien lo redacto, y modificado un poco por mí para que siga teniendo la esencia de BIRCland, un tesoro perdido de Japón que a más de uno le va a interesar: Wily & Right’s Rock Board: That Paradise!
RockBoard… un juego tan despreciado, olvidado, pasado por alto, apedreado sin ser tan malo ni tan poco memorable… Seguro que no lo recuerdan, y si lo hacen, es porque alguien habló de él, y no por experiencia propia. Pues bien, esto se acabo hoy, porque Ninten te va a enseñar todo lo que sabe sobre este juego…
RockBoard solo se lanzó en Japón para la Famicom el 15 de enero de 1993, y la razón por la cual este juego no llegó a America fue por la excusa de que tenía apuestas en él, cosa que nos hace recordar a las últimas ediciones de Pokémon, en las cuales borraron totalmente los clásicos casinos. Igual nos resulta raro que Monopoly sí se haya lanzado para NES… cuando no, Nintendo of América…
RockBoard es una especia de Monopolio en versión japonesa, con los personajes de MegaMan y unos cuantos cambios más.
En este juego no controlamos a MegaMan, sino a algunos personajes secundarios de la serie, como Light, Wily, Roll, Kalinka o Cossack, los cuales pueden ser todos manejados por personas, o algunas personas y el CPU.
El apartado gráfico es bastante aceptable, y hace acordar mucho a MegaMan. Para empezar, los personajes está muy bien hechos, al igual que los diferentes cuatro mapas en los que podrá desarrollarse el juego (un continente verde, una tierra helada, un continente de arena, y una ciudad llamada Megalopolis).
Una vez seleccionadas estas cosas, comienza el juego, que posee dos modalidades: “Hasansei” o bancarrota, en las cuales los jugadores van perdiendo a medida que se funden, o Battle Royale, en el cual el ganador es aquel que llega a cierto porcentaje del mapa dominado.
Durante cada turno, se pueden elegir seis opciones: Ruleta (algo similar a tirar el dado), Mapa (que muestra y describe al mapa), Carta (donde podremos hacer uso de las diferentes cartas que se obtienen durante el juego), “Shisan” (que muestra el status de cada personaje), “Koushou” (para llevar a cabo diferentes acciones) y “Sonota” (para cambiar la configuración del juego).
Haciendo recordar a los Mario Party, los tableros tienen diferentes cuadros en los que uno puede caer, como aquellos que nos hacen perder un turno, lugares para comprar, casilleros de suerte o destino (donde podemos ganar o perder dinero), o el de los jefes, que nos transforman en diferentes Robot Masters de la saga.
Otro punto interesante del juego es que dependiendo del personaje que elijamos para jugar, será su historia, ya que cada uno de ellos tiene una diferente ambición. Por ejemplo, los doctores Cossack y Light quieren construir laboratorios para inventar cosas y conseguir la paz mundial, respectivamente, Wily desea conquistar el mundo, Roll desea construir hospitales, y Kalinka desea construir castillos para vivir como una princesa.
Ninten ha hecho una ardua investigación respecto a si RockBoard (un juego muy largo) tiene realmente una historia y un final detrás de las ambiciones de cada uno de estos personajes. Y si, los tiene, y cada uno de los personajes tiene un final diferente para cada uno de los tableros.
Pues como ven, es un juego más que misterioso y totalmente desconocido por muchos de nosotros, ideal para jugar con otros tres amigos y, si hubiese salido en estas tierras, quizás no sea tan exitoso, pero algunos coleccionistas se lo llevarían gustosos, no solo por ser un juego diferente e interesante, sino por ser un juego de RockMan.
Un juego que nos presentó al extraño Reggae, ese pájaro negro que tan poco conocemos, y que tantos efectos negativos provoca en el juego.
Sin duda hay mucho que descubrir dentro de RockBoard. Mi idea más que nada es presentar este juego casi desconocido, e intentar hacer que alguno lo pruebe para ver qué tal. Parece que por la web ronda una traducción al inglés, así que quizás podamos disfrutarlo un poco mejor.
Se acaba el artículo de este tesoro japonés por ahora, y nos leemos en una semana, cuando ya empiece el nuevo año. Feliz navidad, y un próspero año nuevo.
Saludos.
RockBoard… un juego tan despreciado, olvidado, pasado por alto, apedreado sin ser tan malo ni tan poco memorable… Seguro que no lo recuerdan, y si lo hacen, es porque alguien habló de él, y no por experiencia propia. Pues bien, esto se acabo hoy, porque Ninten te va a enseñar todo lo que sabe sobre este juego…
RockBoard solo se lanzó en Japón para la Famicom el 15 de enero de 1993, y la razón por la cual este juego no llegó a America fue por la excusa de que tenía apuestas en él, cosa que nos hace recordar a las últimas ediciones de Pokémon, en las cuales borraron totalmente los clásicos casinos. Igual nos resulta raro que Monopoly sí se haya lanzado para NES… cuando no, Nintendo of América…
RockBoard es una especia de Monopolio en versión japonesa, con los personajes de MegaMan y unos cuantos cambios más.
En este juego no controlamos a MegaMan, sino a algunos personajes secundarios de la serie, como Light, Wily, Roll, Kalinka o Cossack, los cuales pueden ser todos manejados por personas, o algunas personas y el CPU.
El apartado gráfico es bastante aceptable, y hace acordar mucho a MegaMan. Para empezar, los personajes está muy bien hechos, al igual que los diferentes cuatro mapas en los que podrá desarrollarse el juego (un continente verde, una tierra helada, un continente de arena, y una ciudad llamada Megalopolis).
Una vez seleccionadas estas cosas, comienza el juego, que posee dos modalidades: “Hasansei” o bancarrota, en las cuales los jugadores van perdiendo a medida que se funden, o Battle Royale, en el cual el ganador es aquel que llega a cierto porcentaje del mapa dominado.
Durante cada turno, se pueden elegir seis opciones: Ruleta (algo similar a tirar el dado), Mapa (que muestra y describe al mapa), Carta (donde podremos hacer uso de las diferentes cartas que se obtienen durante el juego), “Shisan” (que muestra el status de cada personaje), “Koushou” (para llevar a cabo diferentes acciones) y “Sonota” (para cambiar la configuración del juego).
Haciendo recordar a los Mario Party, los tableros tienen diferentes cuadros en los que uno puede caer, como aquellos que nos hacen perder un turno, lugares para comprar, casilleros de suerte o destino (donde podemos ganar o perder dinero), o el de los jefes, que nos transforman en diferentes Robot Masters de la saga.
Otro punto interesante del juego es que dependiendo del personaje que elijamos para jugar, será su historia, ya que cada uno de ellos tiene una diferente ambición. Por ejemplo, los doctores Cossack y Light quieren construir laboratorios para inventar cosas y conseguir la paz mundial, respectivamente, Wily desea conquistar el mundo, Roll desea construir hospitales, y Kalinka desea construir castillos para vivir como una princesa.
Ninten ha hecho una ardua investigación respecto a si RockBoard (un juego muy largo) tiene realmente una historia y un final detrás de las ambiciones de cada uno de estos personajes. Y si, los tiene, y cada uno de los personajes tiene un final diferente para cada uno de los tableros.
Pues como ven, es un juego más que misterioso y totalmente desconocido por muchos de nosotros, ideal para jugar con otros tres amigos y, si hubiese salido en estas tierras, quizás no sea tan exitoso, pero algunos coleccionistas se lo llevarían gustosos, no solo por ser un juego diferente e interesante, sino por ser un juego de RockMan.
Un juego que nos presentó al extraño Reggae, ese pájaro negro que tan poco conocemos, y que tantos efectos negativos provoca en el juego.
Sin duda hay mucho que descubrir dentro de RockBoard. Mi idea más que nada es presentar este juego casi desconocido, e intentar hacer que alguno lo pruebe para ver qué tal. Parece que por la web ronda una traducción al inglés, así que quizás podamos disfrutarlo un poco mejor.
Se acaba el artículo de este tesoro japonés por ahora, y nos leemos en una semana, cuando ya empiece el nuevo año. Feliz navidad, y un próspero año nuevo.
Saludos.