Museo: Donkey Kong Country

Y seguimos con las nuevas secciones, algunas originales y otras robadas de algún lado, como es el caso de la de hoy, aunque, bah, robada no, porque digamos que hacer un artículo llamado “Museo” en el que se hable un poco de todos los juegos de una saga no es la más original idea del mundo… ¿Entendió Club Nintendo?

Pero realmente es interesante hacer una sección como esta, que no sería un Top con los mejores juegos de una misma saga, que quizá fuera algo aburrido, sino más bien un recorrido breve por cada uno de los juegos que la conforman, así como en su momento hice con Recorriendo Dreamland, en el mes dedicado a Kirby.
Y para iniciar esta nueva parte del blog, he decidido hacer un recorrido por una saga breve, clásica y de gran (¿y dudable?) calidad: Donkey Kong Country, separando el museo en tres salas: una dedicada a la saga principal de Super NES, la segunda dedicada a la saga del GameBoy, y por último, una sala dedicada a las adaptaciones en otro sistemas.

Saga Country
La “saga Country”, la original de Super NES, nació allá por 1994 con un juego que, por sobretodo, fue revolucionario, no solo por traer a la vida nuevamente a un olvidado personaje de Nintendo (que más bien es su nieto), sino también por mostrar una técnica gráfica totalmente nueva y llamativa que hizo del título una verdadera joya, más que por su jugabilidad, por sus gráficos sorprendentes, y que luego volvió a repetirse en otros juegos como Killer Instinct, una técnica denominada ACM.

DKC
El juego que comenzó y revolucionó todo el mercado de la época, desarrollado por Rare en 1994, como ya había dicho.
Donkey Kong Country no solamente catapultó al personaje a la fama entre los jugadores de la época que no conocían el primer Donkey Kong protagonizado por Mario, sino que también elevó la popularidad y el respeto por la Super NES, al demostrar que esta era una máquina que podía soportar aún más impresionantes gráficos de los que ya nos tenía acostumbrados, pisoteando a Sega, quien supo demostrar lo suyo con Virtua Racing (aún así, la velocidad de Sonic es brutal).

Los gráficos son lo primero, pero este juego también contaba con una excelentísima música, con melodías inolvidables y que ambientaban muy bien los diferentes escenarios en los que el juego se desarrollaba.
Por otra parte, la jugabilidad, que no escapa de lo tradicional de este género de las plataformas, aunque Miyamoto lo haya criticado duramente, opinión que comparto, no hace que el juego sea injugable. La jugabilidad es buena, y por algo está entre los diez mejores juegos de Super NES.

DKC2
Un año después, en 1995, salió al mercado la secuela directa de aquel juego que un año antes había revolucionado el mercado videojueguil de la época: Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest.
Presentándonos a un nuevo personaje, Dixie, el juego mejoraba notablemente respecto a su precuela, cumpliendo con lo esperado de que cada segunda parte es mejor que la primera (cosa que no se da siempre).

Diddy y Dixie debían rescatar al gran DK, y para eso, al igual que en el juego anterior, cada personaje tenía sus propias características y, a pesar de contar con dos personajes livianos para manejar, Dixie nos daba la posibilidad de “planear” y mantenernos más tiempo en el aire, haciendo más maniobrables los saltos.
No solo mejoró la jugabilidad, sino también sus gráficos y su música. Sin dudas, Rare había dado en el blanco esta vez, había tomado lo genial de DKC, y lo mejoró aún más.
Más ítems, más objetos, más etapas, más bonus, más acciones entre los personajes (como cargarse y lanzarse entre ellos), hacen de este juego, en mi opinión, el mejor de la saga.

DKC3
Otro año tuvimos que esperar para jugar a la tercera parte de esta saga, y la última de la trilogía con la que contó el Super NES.
Donkey Kong Country 3: Dixie Kong’s Double Trouble siguió con la costumbre implícita de hacer protagonista principal al personaje secundario del juego anterior, por lo que Dixie se convirtió esta vez en la mona principal del dúo, seguidos por un “pseudo Donkey Kong” llamado Kiddy, que no es más que un bebé gigante y un personaje no tan querido por todos, y quizá por eso, desaparecido del resto de los juegos de DK.

La historia toma lugar en un ambiente totalmente diferente al de los anteriores juegos, llamado “Kremisferio Norte”, un clima más ártico o nórdico, podríamos decir, ya que los dos personajes ya mencionados debían dirigirse al lugar de vacaciones de DK y Diddy, quienes han desaparecido.
Los gráficos se mantuvieron iguales, con la diferencia obvia de los escenarios más fríos que en los juegos anteriores. La música y la jugabilidad, tampoco han tenido algún cambio notable, pero he de quebrar una lanza por este juego, tan criticado por tantos: este título, al igual que el anterior, posee varias escenas de lo más originales y con mucha acción; por este motivo, considero que DKC3 no merece un lugar tan bajo entre los favoritos de los jugadores. Quizás no sea el mejor de la saga, pero aún así es un titulazo.

Saga Land
Como se acostumbraba a hacer, por suerte, en aquella época, Donkey Kong Country tuvo sus propios títulos en el GameBoy monocromático, que nos entregó muchas joyas que hoy son de culto, y que tan difíciles son de encontrar en caja y manual.
Donkey Kong Land, como se les llamó a estos título a modo de demostrar que no eran juegos “tan grandes” como los del 16 bits (teniendo en cuenta que Country es más “poderoso” que Land) es una sub-saga de este universo que también contó con tres títulos para el portátil, con escenas nuevas, originales de estos juegos, y otras tantas adaptadas.

DKL
El primer Donkey Kong Land fue lanzado en 1995, protagonizado por Donkey y Diddy, y cuenta con una curiosísima historia, demostrando que los Land no son un simple reflejo de los Country, sino juegos totalmente separados, simplemente basados en ellos.
La historia habla de los celos de Cranky debido al éxito del primer DKC, otorgándole honores a sus gráficos y sonidos fantásticos, por lo que convence a King K. Rool a que robe nuevamente sus bananas e intenten realizar una nueva aventura en un mundo en 8bits y en blanco y negro…

El resultado fue muy bueno. Mundos nuevos con guiños a los de DKC, y aunque de verdad que la movilidad no es tan buena como la del Super NES, que tampoco escapa de lo apenas cómodo, y también es verdad que los gráficos no son la gran cosa, además de que se confunde demasiado el escenario con los personajes, aún así el jugador puede acostumbrarse y disfrutar de esta aventura con mucha diversión, demostrando que no es necesario un sistema potente para hacer un juego bueno.

DKL2
De 1996, esta vez Rare aprendió de sus errores, y Donkey Kong Land 2 nos trajo un título en que sí podíamos separar los gráficos del escenario de los de los diferentes personajes de la pantalla, haciendo más fácil la experiencia.
Siendo una especie de “demake” directo de DKC2, el juego cuenta la misma historia en escenarios sacados directamente de su hermano mayor, pero diseñados de una manera muy diferente. Aún así, DKL2 contó con escenarios nuevos y exclusivos de su propio juego, además de una fusión de dos mundos del DKC2.

La historia, más allá de ser la misma que la del juego de Super NES, cuenta que los acontecimientos ya ocurridos en DKC2 vuelven a acontecer debido a una erupción volcánica y al regreso de la anteriormente hundida Crocodile Island. Por lo que K. Rool decide, una vez más, secuestrar a Donkey Kong.

DKL3
Correspondiente, obviamente a DKC3, DKL3 es un juego misterioso que, en un principio, iba a tener el subtítulo de “The Race Against Time”.
La historia cuenta que Donkey y Diddy se lanzaron en un viaje en busca del “mundo perdido”, dejando atrás a Dixie, quien decide demostrarles que también es capaz de lanzarse en la aventura contando, una vez más, con Kiddy.

Contando con escenarios similares de los de DKC3, ubicados en el Kremisferio Norte, DKL3 nunca vio la luz en Japón en el año que salió, 1997, sino en el 2000, donde contó con una versión para GameBoy Color, exclusiva para ellos.
Un juego interesante, olvidado, que vale la pena probar, si dudas.

Adaptaciones
Cuando un juego es bastante exitoso, es esperable que se hagan remakes o adaptaciones para otros sistemas, ya sea aprovechando su calidad, como también su popularidad.
Donkey Kong Country no fue la excepción en este caso, aunque en este sentido no le haya ido del todo bien:

DKC - GameBoy Color
Sorpresivamente para todos los juegadores de aquella época, Donkey Kong Country contó con un interesante port para el GameBoy Color que tanto sonaba en aquellos días, esa consola que trajo algunos juegos muy buenos, como Pokémon Crystal o MegaMan Xtreme, tal como mencioné en el Top5 sobre esta portátil.
Más allá que para nuestros ojos sea un juego bastante extraño y con un uso de colores bastante chillón, he de decir que es una adaptación bastante buena y fiel a la saga, que además agregó algunos minijuegos divertidos, costumbre que se siguió utilizando en otras adaptaciones que saldrían más adelante.

No hay mucho que decir de este título, probablemente les parezca malo o extraño a todos los que lo vean por primera vez, pero como ya he dicho, resulta interesante tener esta saga en un sistema portátil y disfrutarla en cualquier lado, ya sea en el patio de la casa, o en la cama acostado antes de dormir. Es un juego de culto que usó algunas melodías de aquel Land ya mencionado, interesante, vale la pena.
Es llamativo que no hayan realizado secuelas para este mismo sistema, uno no sabe si no las hicieron porque este juego no fue tan exitoso, o si veían venir el GameBoy Advance y pensaron que sería mejor realizarlas allí, o si solamente Nintendo quería demostrar que podían hacer un gran juego en el GameBoy Color. Pero allí quedó esta versión de DKC, solo, como un niño huérfano con hermanos mayores que no lo quieren.

DKC – GameBoy Advance
Los tres títulos de la saga contaron con interesantes ports para esta portátil de Nintendo, aprovechando sus capacidades técnicas.
He de decir que, como la mayoría de los ports que se hicieron desde el Super NES al GameBoy Advance, no estamos ante juegos de calidad sobresaliente, sino ante juegos… comuncitos…
Más allá de no ser tan buenos como los juegos originales, cumplen muy bien el cometido de tener esta grandiosa saga en una consola para llevar a todos lados.

Pero no todo es malo en estos tres títulos, ya que cada uno de ellos tiene sus novedades, y la que más llama la atención son sus nuevos mundos con sus nuevas escenas, además de los mundos ocultos con los que ya contaban los títulos originales.
Considero que todo coleccionista y seguidor de los juegos de DK o Nintendo debería tenerlos también en su colección, no se arrepentirán, aunque tampoco lo tendrán en el pedestal de oro de los juegos favoritos.

Mención especial: Donkey Kong Country Returns
Un juego por encima de todo interesante, que hizo su arribo hace poco para el sistema Wii, un título que espero algún día poder disfrutar, tanto de sus excelentes escenarios, como también de su jugabilidad y la posibilidad de jugarlo de forma cooperativa.
Obviamente no puedo dar una opinión ni objetiva ni subjetiva sobre este juego, pero es un título que, a pesar de tener sus defectos (según he leído) vale la pena probar y quizás algún día forme parte de una buena colección. Por ahora, solamente habrá que deleitarse con fotos, pero quién sabe si dentro de diez años BIRCland cuenta con un “Juegos que Sorprendieron” dedicado a este juego que, por lo visto, promete mucho.

Y la verdad es que se nos hizo largo el Museo, sección que probablemente vendrá dividida por partes para hacer más digeribles los artículos pero que, como ya ven, intenta dar una mirada rápida y entretenida de una saga entera, parando un poco en todos sus juegos.
Donkey Kong Country es una saga que posee muchos fans, y que otros jugadores quizás no estimen tanto, pero aún así, es una saga de culto, con tres títulos para Super NES y otros tres para GameBoy que no deben faltar en ninguna colección, y cuatro adaptaciones que simplemente quieren dar la experiencia de antaño en sistemas más nuevos.
Solo resta ver qué le depara el futuro a Donkey y sus amigos, Diddy, Dixie… y Kiddy, aunque nos pese. XD
Salutes!!